Cuando llevas años postergando tu vida social por circunstancias familiares es muy probable que, el día que decidas recuperar tu actividad, te des cuenta de que no es tan fácil como creías. Pensábamos que sería más fácil quedar de nuevo con los amigos para tomar unas cañas que reincorporarse al mundo laboral tras criar a nuestros hijos, pero nos equivocábamos. Las amigas envidian tu situación: «Madre mía, no sabes lo bien que estás sin tener que aguantar a un hombre» No, claro, si lo que quiero no es aguantar a un hombre, sino tomarme unas cervezas con él, o ir al cine con una amiga, o hacer una excursión con un grupo de amigos, o salir a bailar hasta que amanezca…

Pero lo cierto es que, cuando intentas de nuevo hacer todo esto, es posible que te des cuenta de que no tienes con quién. Y es raro. De repente te sientes como cuando, tras tu divorcio, veías las calles llenas de parejas abrazadas o cogidas de la mano, y te preguntabas si eras la única mujer sola de toda la ciudad. ¡A ver si ahora Cupido ha cambiado el arco por una ametralladora Vulcan! Igualmente, el día que decides salir por ahí, caes de repente en la cuenta de que, los pocos amigos que tienes disponibles en la agenda, ya tienen planes o están demasiado ocupados para quedar contigo.

Tienes la opción de caer en el victimismo, llorar amargamente devorando a partes iguales una tarrina de helado de chocolate y la temporada entera de tu serie favorita… o  puedes crear tus propios grupos de amigos. Hablé sobre esto en un vídeo de mi cuenta de Vivirparacomer hace unos meses, en el que os explicaba cómo regresé de mis vacaciones del año pasado con el firme propósito de conseguir grupos de amigos. Tal y como os contaba en Youtube, comencé a participar en Yelp, donde se organizan muchos eventos como red social en los que nos reunimos físicamente y me registré en un grupo de Facebook para singles, donde propuse una quedada fija para los martes, que eran los días que mis hijos iban a dormir a casa de su padre y yo podía salir. De ambos grupos han salido relaciones con gente muy agradable, aunque quedo de forma más habitual con los segundos.

Además, tengo la inquietud de hacer cosas nuevas y, dentro de esa línea, me apunté a un curso básico de fotografía para aprender a utilizar la cámara bridge que compré para grabar los vídeos de mi canal de Youtube. Conozco varias personas aficionadas a la fotografía, pero que no se conocían entre ellas, así que me planteé la posibilidad de formar un grupo para salir a hacer fotos juntos y aprender unos de otros. Fui contactando uno a uno y preguntándoles si les interesaría participar en un grupo de whatsapp para organizar quedadas fotográficas, compartir trucos y aprendizajes o cualquier otro asunto relacionado con nuestra afición en común. La respuesta fue excelente y el sábado pasado estrenamos nuestro grupo virtual con diez miembros.

Foto de Enrique T. del encuentro fotográfico de hoy.

Foto de Enrique T. del encuentro fotográfico de hoy.

Cinco días más tarde (no hemos esperado mucho) ya hemos celebrado nuestra primera reunión, en la que cinco de nosotros nos hemos conocido de forma presencial y hemos compartido la luz del atardecer tomando fotos por el casco histórico de nuestra ciudad, para acabar sentados en una terraza, con unas cañas y un bocadillo de calamares. Se ha creado un ambiente muy agradable en el que hemos hablado de muchos más temas, además de fotografía. Y ya se han propuesto ideas sobre dónde celebrar nuestro próximo encuentro y posibles sujetos a fotografiar. Ha sido una tarde muy agradable, espero que la primera de muchas. Y hace un rato ya hemos comenzado a compartir enlaces a nuestras galerías fotográficas para comentar los resultados de nuestra sesión de hoy.

Situaciones atípicas pueden necesitar soluciones atípicas. No es habitual que una persona se encuentre tan sola a nivel social, pero eso te obliga a hacer algo si quieres que esa situación cambie. Al igual que buscas trabajo, puedes buscar amigos. Ninguna empresa irá a ofrecerte trabajo a  casa y los amigos tampoco lo harán. Si no te gusta lo que tienes, haz algo para cambiarlo. Si no surgen oportunidades, créalas. Identifica lo que quieres, defínelo, ¡y a por ello!