El terrible grupo de Whatsapp del cole

Hasta el curso pasado no me habían propuesto participar en un grupo de Whatsapp de madres del colegio. A pesar de ser madre de dos adolescentes de 14 y 15 años. Sinceramente, no conozco a casi ningún padre del colegio. Tampoco siento el deseo de ser amiga de los padres de los compañeros de mis hijos.

Cuando mis hijos eran pequeños los llevaba en coche al colegio y, desde hace tres años, van juntos andando. Supongo que esto también ha contribuido a mi poca socialización en el colegio.

Me refiero a nivel padres, porque con los profesores y orientadores me he reunido con asiduidad y la comunicación ha sido siempre fluida. Os puedo asegurar que en ningún momento he sentido la necesidad de tener un grupo de whatsapp para este fin.

A inicios de curso, la niña vino diciendo que la tutora nos pedía el número de móvil para hacer un grupo de Whatsapp. Viniendo de la tutora, me pareció oportuno aceptar. Y así fue como entré a mi primer grupo escolar.

Soy, ya de por sí, bastante reticente a entrar en grupos de este tipo y si me meten en alguno, los abandono en cuanto me es posible. Los pocos en los que estoy, los tengo silenciados. Soy una persona celosa de mi tiempo y esta mensajería es una muy buena herramienta si se sabe usar. Pero también supone una importante fuga de tiempo si no la controlamos.

Los usos del grupo de whatsapp

Comenzó el curso con los previsibles mensajes por el grupo del desorden habitual de la vuelta al cole. Asumí la intensa actividad bajo esa justificación.  Pero, enseguida, la propia tutora adquirió la costumbre de mandarnos cada día la foto de la pizarra con los deberes del día. A pesar de que los chicos usan agenda para ese menester.

No era solamente la foto de la pizarra, era la retahíla de preguntas y comentarios de las madres preguntando por detalles de los deberes. Pero fechas de exámenes, calificaciones, material escolar y demás asuntos, son responsabilidad de nuestros hijos y no nuestra.

Manifesté que, en ningún caso, me haría cargo de transmitir esa información a mi hija. Ni siquiera de cotejarla con su agenda, ya que su responsabilidad es apuntarlo cada día. Y, con 14 años, son perfectamente capaces de asumirlo. Se hizo un silencio incómodo en el grupo.

Padres al servicio de los hijos

El segundo incidente llegó cuando la tutora nos escribió: «Hace días que les pedí una foto de carnet y aún faltan niños por traerla. Si vosotras me autorizáis, se la hago yo con el móvil, que no me cuesta nada». Las madres autorizaron con agradecimiento, entre comentarios sobre lo despistados que son sus hijos. Yo no daba crédito.

Respondí: «Pilar, sé que lo haces con la mejor intención y te lo agradezco. Como bien dices, a ti no te cuesta nada hacerles una foto con el móvil, pero a ellos tampoco les cuesta nada llevar una foto de carnet. Y es su responsabilidad. Me he esmerado siempre en criar hijos autónomos y responsables. No comparto este modelo educativo. Si mi hija no te ha entregado la foto, me encargaré de que lo haga». Me di cuenta de que me había especializado en lanzar mensajes que caían en el grupo como cargas de profundidad, parando en seco la conversación.

Una de las madres no tardó en increparme, asegurando que era mi obligación comprobar que mi hija apuntase los deberes en la agenda. Así como revisar su mochila para que no se le olvide nada. Añadiendo que, si no me preocupo de esto, no será de extrañar que mi hija suspenda. Le respondí que, con 14 años, esa responsabilidad (y la de aprobar) es de mi hija. No mía.

Hubo algún comentario irónico: «Claro, como a alguna le molesta que la tutora ponga los deberes por aquí…». Al que respondí «No, no me molesta. Cada uno educa a sus hijos como cree oportuno. Lo que me molesta es que se me transfiera una responsabilidad que no me pertenece y que me niego a aceptar«.

He de reconocer que el resto del curso transcurrió sin conflictos. Y no se volvió a usar el grupo para transmitir los deberes diarios.

Las reglas del grupo de Whatsapp del cole

Te resumo más abajo estas sencillas reglas en una infografía que podrás descargar aquí Compartirla en tu grupo de whatsapp de padres del colegio, os puede evitar algún conflicto.

1.- Info sí, chismes no. Comparte sólo la información relativa a la educación escolar de tu hijo y asegúrate antes de que es cierta. No entres en temas personales, no critiques ni difundas chismes. Imagina cómo te sentirías si fueses tú el blanco de las críticas o chismes.

2.- Tu hijo tiene agenda. Utilizarla es su responsabilidad, enséñale el hábito de anotar sus tareas y material que debe llevar a clase. No eres su secretario, cuanta más carga asumas tú, más soltará él. Si ha faltado a clase o ha olvidado apuntar algo, que sea él quien llame a los compañeros y pregunte. Asumir las consecuencias de su despiste le hará poner más atención en el futuro.

3.- No critiques al profesor. Los docentes son las personas que cuidan de nuestros hijos cuando están en el centro escolar. En ese tiempo, los van a formar y también a proteger. No los desvalorices ante los niños u otros padres, los chicos necesitan esa figura referente fuera del hogar. Con críticas sólo conseguimos hacerles perder una autoridad que necesitan para el desarrollo normal de las clases. Si tienes algo que comentarle o solucionar con él, hazlo en privado.

4.- Escribe sólo lo necesario. En un grupo con muchas personas, lo habitual es que al cabo del día haya demasiados mensajes. Responde sólo en caso necesario. Si alguien pregunta si han encontrado la chaqueta de su hijo y no la has visto, no hace falta responder «Yo no». Trata de escribir mensajes más largos para que el número se reduzca. Hay personas que sólo miran su whatsapp al final del día. Si el número de mensajes es muy elevado lo más probable es que los borren sin leer y pueden perder información importante.

5.- Respeta la privacidad. No compartas en el grupo fotos o datos de otros niños o padres. Del mismo modo, no compartas fuera del grupo y sin permiso, fotos de otros niños, aunque aparezca el tuyo.

6.- Usa la netiqueta. La netiqueta son las normas de educación y convivencia en las redes sociales. Y, básicamente, consisten en no decir lo que no dirías delante de la persona que te lee. También se pide no utilizar mayúsculas, que equivalen a gritar. Así como ser respetuoso con el tiempo de los demás y los horarios de descanso.

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