Los nutricionistas se unen para lanzar un boicot a Alcampo en Twitter, ¿por qué?
Las grandes cadenas distribuidoras y la industria alimentaria en general, nos tienen acostumbrados a su marketing saludable: Utilizan en sus envases el color verde, o fotos de frutas, cereales y niños felices. Esto hace que nuestro cerebro se incline a comprar estos productos, en una reacción automática, por considerarlos más saludables. Ellos lo saben y no dudan en utilizarlo para aumentar sus cifras de ventas. No importa que el producto no sea realmente tan saludable como nos trata de transmitir el paquete.
El boicot a Alcampo viene porque la cadena se sumó a este tipo de campañas hace un tiempo bajo el lema “La vida azul”. En ella, define su empresa como “defensor de lo bueno, lo sano y lo local”. A la selección de productos saludables, se une una aplicación móvil de coaching ¡toma ya! Dicen que sirve para disfrutar de una vida más saludable y ayudarte a encontrar sus productos seleccionados, ¡claro!

Hasta aquí todo bien, ¿no? Si bien es cierto que casi nos dan ganas de contestarles con otro eslogan publicitario y decirles “Yo no soy tonto”. Ya que el consumidor medio sabe perfectamente cuáles son los productos saludables. No necesita que los empleados del hipermercado le vayan poniendo banderolas azules en los lineales para que los encuentre.
¿Quién lidera el boicot a Alcampo?
Desde hace un par de días, las redes sociales arden con esta campaña. Sobre todo, Twitter, dando visibilidad con el hashtag #boicotAlcampo con el que tratan de alertar a los consumidores del engaño. Animan a no comprar sus productos, al tiempo que se están dirigiendo, directa e insistentemente a Alcampo, para que retire la campaña. Especialmente activo se encuentra @nutri_rivers, Carlos Ríos. El nutricionista, así como Sinazucar.org, están compartiendo imágenes de esta campaña que no nos pueden dejar indiferentes.

¿Cuál es el problema?
El problema es, una vez más, que nos intentan dar gato por liebre. Disfrazan productos ultra procesados y llenos de grasas trans, de productos sanos que nos animan a consumir. Así, estamos viendo fotos con el stoper de “La vida azul” en productos nada saludables: Gominolas, bebidas energéticas, leche condensada, azúcar refinado, salchichas Frankfurt… Tampoco falta la lasaña congelada, lácteos enriquecidos con nata, cacao soluble, patatas fritas congeladas, cereales azucarados o bollería.
“Engañan al consumidor porque aportan una percepción de más saludable a estos productos, y por tanto potencia su consumo. Este mayor consumo de ultraprocesados aumenta el riesgo de una serie de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 o la obesidad. Además desplaza el consumo de alimentos saludable no procesados”, afirma Rivas.
Este tipo de productos, de alta palatabilidad y llenos de aditivos, son una de las causas de la compulsión por la comida que abocan a trastornos del comportamiento alimentario. Cuanto más procesado es un alimento, más adictivo y menos saludable.

La respuesta de Alcampo
Alcampo asegura que, para calificar los productos aptos para su campaña, aplican un algoritmo. Éste puntúa como negativo los valores de grasas, azúcar y sal. Sinceramente, que despidan al matemático que les ha creado el algoritmo si les sale como saludable el chocolate con un 65% de azúcar. A mí no me salen las cuentas. Pero a ellos la caja sí, está claro.
De un lado, una nueva generación de nutricionistas y otros profesionales que trabajamos para ayudar a las personas a mejorar su alimentación o la relación emocional con la misma. De otro lado, la industria alimentaria con campañas que insultan nuestra inteligencia y salud. La polémica está servida en las redes.